martes, 17 de octubre de 2017

Cubiertas.

En los últimos meses he realizado ilustraciones para las cubiertas de varios libros:


En su columna semanal en el diario Heraldo de Aragón, Irene Vallejo ofrece una original muestra de este género periodístico mediante la cual ilumina el fragor cotidiano y la trepidante complejidad del presente con la luz de los clásicos de la tradición europea y, sobre todo, de la antigüedad grecolatina. Como indica el título de esta selección de sus columnas, alguien habló de nosotros hace decenas, centenares de años, milenios, y la autora nos enseña que todavía es posible dialogar con el pasado y encontrar apoyo en este rico sedimento de historia, pensamiento y cultura, acumulado durante siglos. Ahora que el estudio de las humanidades está quedando orillado en los planes educativos, resulta más necesario que nunca dejar constancia de que ya Safo, Platón o Spinoza reflexionaron sobre los temas que nos preocupan.



Postales coloreadas, de Ana Alcole, es la crónica novelada del periplo vital de Juan y de Agustina, padres de la abuela materna de la autora, y de sus hijos; una crónica que parte de Almería y llega a Zaragoza, con paradas intermedias en una pequeña aldea de la provincia de Orense, Vigo, Madrid y varios pueblos de la provincia de Teruel.
A lo largo de esta narración, en la que se entrelazan pasado y presente, memoria e invención, lo que se dice y lo que se calla, certezas y suposiciones, y en la que aparecen diversos objetos con un gran poder evocador (postales coloreadas, fotografías de estudio, dos bastones con mango de plata, un azucarero, una talla de san Antonio, unos pendientes que en su origen fueron unos gemelos, entre otros), el lector será testigo de algunos de los acontecimientos que jalonan la vida de una familia cuya existencia está marcada por un padre acostumbrado a hacer su santa voluntad.

Con los libros de Irene Vallejo y Ana Alcolea, ya son once las cubiertas que he realizado para esta editorial.
Contento y agradecido por la confianza de los editores, Paco Muñiz y Alfonso Castán.


Además de continuar mi colaboración con la editorial Contraseña, he realizado la cubierta para este libro de Sandra Araguás (Editorial Sin Cabeza).
El cerebro de Antón está siendo bombardeado por el Alzheimer, igual que su pueblo fue destruido por las bombas en junio de 1938. Su memoria cada vez tiene más agujeros, como las casas de su pueblo que él recuerda, destruidas sin tejados. La enfermedad hace que Antón reviva una y otra vez el dolor de dejar su casa, de despedirse de su mujer y del beso que esta le dio.
Su nieta solo puede observar cómo el gran hombre que fue su abuelo se va apagando, al mismo tiempo que ella se convierte en la heredera de una casa, de una familia y de la memoria de la huida de la población civil en la Bolsa de Bielsa.

No hay comentarios: