Hasta (casi) 50 nombres.
Estamos ante una especie de bestiario de nombres sin ningún criterio, como dice su propio autor, o mejor dicho, con el criterio de haber recopilado una serie de nombres vetustos, remotos, arcaicos, modernos, contemporáneos..., atendiendo a un simple orden alfabético, sin más.
Seguramente, algún lector echará en falta más de un nombre, y es que son muchos. En cualquier caso, el que quiera ver un estudio onomatológico está equivocado; el que quiera ver "Sopa de ganso" es una persona con criterio.
Esto es "Hasta (casi) 50 nombres" de Daniel Nesquens (Anaya, 2017).
Algunos proyectos piden austeridad cromática, otros no.
Realicé las ilustraciones con lapiceros sobre cartulinas de color.
Me abrió una señora con un exceso de maquillaje sobre la piel arrugada (lo más parecido a un bisonte que he visto en mi vida). Me miró por encima de las gafas y me ordenó: «Pase, siéntese ahí y espere».
...
«No es fácil tocar el piano. La gente se cree que tiene talento, pero el talento es algo escaso», dijo la señora Bisonte.
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