“Un perro” es el libro que he ilustrado para el proyecto de autoedición SinPretensiones.
Es un álbum ilustrado, el tercero que realizo con textos de Daniel Nesquens.
La historia que cuenta transcurre en la calle, por lo que pensé que lo primero era salir, libreta en mano, a observar lo que allí había.
Todavía lo sigo haciendo, todas las tardes voy a una cafetería y dibujo lo que pasa dentro y fuera del local.
Lo tomo como un ejercicio de observación. Las personas que pasean por la calle, sobre todo en invierno, andan muy rápido (las veo apenas unos segundos), por lo que debo quedarme con lo esencial. Por esto, también es un ejercicio de simplificación.
Leyendo el texto de Daniel, vi que los protagonistas de la historia eran tres: el perro, la señora que pasea con el perro y el cielo, ya que todo sucede un día de lluvia. Decidí apostar por un juego alterno de planos: perro+gente+edificios/cielo (animales+personas+cosas).
En una conferencia en IlustraTour 2011, Uri Shulevitz dijo algo así:
“La imagen más importante de un libro ilustrado es aquella que no se ve”.
En cierto modo, esto es lo que buscaba partiendo las imágenes: más que enseñar, sugerir.
El texto y la imagen se entrelazan. A veces se distancian, otras se mezclan, otras se contradicen.
Esa era la intención.
En un momento dado, en el libro, se produce un encuentro. A partir de ahí, también hay un encuentro de planos.
Durante la realización de los originales y de una formas aleatoria, fui introduciendo por las páginas guiños a personajes de la cultura franco/belga: cine, literatura, arte, cómic… desde la misma portada, con un guiño al cartel que realizó Cassandre para Dubonnet. Esta publicidad todavía puede verse por calles de poblaciones francesas.
Dubo (duda), el hombre mira su vaso inciertamente; Du bon (algo bueno), el hombre prueba la bebida y Dubonnet, el producto se identifica a medida que la bebida se llena.
Si no probamos, siempre nos quedará la duda.